domingo, 11 de abril de 2010

A Jugarse la Boca

O a eso jugaron cuando tenian ganas de jugar. Buscandose desde ambos lados de la barra de una bodega de barrio, que no de centro. Uno, de alma vieja, pero mente joven, iba disfrazado de chaval, haciendose pasar por camarero adolescente. La otra, con ojos como almendras, con el pelo suelto y rubio, busca ese par de brazos entre los que perderse.

El no puede callarse, cuenta todo y nada en rapida sucesion, su voz engancha pero repele, hiel con sabor a jengibre. La de ella es preciosa, se explica por miedo a que no la entienda, aunque su mirada cuenta, de memoria, lo que ella no expresa. Y asi pasan los minutos, quizas se rocen una mano, casi sin querer mientras que el rubor les sube a las mejillas, que historia mas tierna y dulce se escribe entre ellos, mientras siga abierta la terraza de verano.

Al final, él termina, se despoja de un trapo que tiene colgado del cinturon y sale de la barra, es más bajito de lo que parecía detras de ella, pero aún asi sus ojos quedan por encima de los de ella. Esa distancia que los separa se vuelve mas corta, no se tocan todavia, pero la cercanía es física ya. Su perfume, que el antes había apenas asimilado ahora lo emborrachaba, lo llenaba. A ella, su respiracion y, quizas, su leve olor a sudor mezclado con colonia le pareció subitamente hermoso.

Entonces sucedio la magia, fue leve, un roce, a mitad entre la mejilla y los labios. No pudo durar mas de 4 segundos, pero parecía un mundo.

Mientras tanto, en otra esquina, quizas no tan lejana, otro chaval ya ni se entera de lo que le estaban contando.

Los mira, muerto de celos, y sonrie.

No hay comentarios: